28.10.08
Alfajores
Mi alfajor preferido es el Terrabusi de chocolate. El original, no todas las versiones que aparecieron después con relleno de crema o símil torta o alguno de estos otros mutantes actuales, aunque es cierto que el triple se la banca bastante bien. Me acuerdo de la época en que había salido el Bagley Blanco y Negro con una publicidad medio cool y cómo estaba de moda que te gustara ese alfajor. Mis compañeros de colegio debatían cuál de los dos era el más rico y uno se tenía que poner de un bando o del otro (el blanco, definitivamente), como si en esa decisión se jugara algo que definía qué clase de persona eras. El Bagley era más para caretas, para las chicas a las que les importaba qué se ponían debajo del guardapolvo aunque la ropa no se viera; los que usaban el guardapolvo que les había donado el hermano se compraban Jorgito. Hubo un tiempo en que te podías comprar 5 Guaymallén por 1 peso, que era una gran opción para el ataque de hambre en los recreos y para compartir y quedar bien, pero yo prefería tener un sapo en la barriga y gastar 50 centavos en un Terrabusi: en asuntos de chocolate la calidad siempre fue más importante que la cantidad (y que ciertas amistades). Después vino el Milka y cambié el dulce de leche por el mousse por un tiempo, pero siempre vuelvo al Terrabusi simple, al clasicismo en materia de alfajores.
De los alfajores no tradicionales que salieron de una golosina previa, me gusta mucho el Bon-o-Bon. El alfajor de maicena lo como sin el coco rayado. El santafesino no me gusta nada. Mi papá era fanático del Suchard, que llegó a competir con el Milka porque los dos eran de mousse, pero Suchard al final desapareció porque la empresa quebró o la compraron o algo, y mi papá pasó a los postrecitos de Balcarce. Los alfajores Balcarce no son malos pero siempre fueron opacados por los Havanna, que todavía tienen ese aire exclusivo de no venderse en los kioscos y de que haya que buscar un local en la ciudad o que alguien te los traiga de Mar del Plata. Los Havanna siempre tienen gusto a viaje y mar.
Los alfajores son mi golosina preferida. Ahora que estoy haciendo régimen y están prohibidos (si tengo que elegir sólo un dulce durante la semana, el helado va a ganar siempre, por lejos) sólo puedo tener un leve atisbo de esa sensación de masa y dulce de leche mezclados comiendo un Ser. Ciento y pico de calorías y gusto a chocolate con culpa, muy lejos de esas tardes en la puerta de mi edificio comiendo Terrabusis con mis amigos hablando de temas importantes, como cuál de los Bagley prefería el chico que te gustaba.
Well, fuck that.
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